Cuando tienes algo que entregar o en lo que trabajar, seguramente tu primera opción es acortar/sacrificar las horas de sueño e invertirlas en el trabajo para que tu entrega esté en tiempo, pero ¿será esta la manera ideal y lo más adecuado para tu cuerpo?. 

Lejos de invertir tu tiempo en sobre-pensar o trabajar de día, el cerebro también necesita descansar, y aún así mientras lo hace sigue trabajando.

No dormir es precisamente lo que te lleva a rendir menos. Cuanto más cansado te sientas, será más difícil concentrarte en algo, y afectar tu productividad. Las horas que pasas durmiendo definitivamente no pasan en vano, son tan necesarias para tu cuerpo, tanto que si no duermes bien tu salud física y mental se deteriora.

Nuestro cerebro tiene una mayor facilidad de concentración si está descasado, es por ello que se asocia la productividad a una buena calidad de sueño.

Al dormir, el cuerpo realiza funciones vitales en el cerebro como la reorganización de información, limpieza de residuos tóxicos, regeneración de neuronas, etc. 

Dormir bien ayuda al aprendizaje, concentración, memoria, control de estrés, creatividad, estado de alerta, resolución de problemas, todas valiosas para la productividad.

El tiempo necesario de sueño reparador suele variar entre las personas. Escucha a tu cuerpo y prioriza el descanso.

Con el descanso apropiado te notarás de mejor humor, con energía y con las habilidades necesarias para afrontar tu día, por ello dormir es invertir en tu mañana.

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