A muchas personas les sucede que todas sus preocupaciones y problemas les surgen antes de dormir. Generando gran estrés y ansiedad, y frecuentemente noches de insomnio. ¿Te identificas?

Es normal que por las noches, nuestro cerebro se encargue de revisar nuestros pensamientos y lo ocurrido durante el día, pero algunos pensamientos suelen tener una carga pesada y negativa.

Es importante aprender a lidiar con esta parte del día, saber cómo manejarla puede ayudar a que no interfiera con tu sueño. Para ello puedes poner en práctica el mindfulness, un tipo de meditación que no formula juicios valorativos y es compasiva con la mente. No impide que tus pensamientos lleguen, si no los reconoce, y luego los deja ir.
Las personas que practican mindfulness son menos proclives a la depresión, ansiedad y el estrés, porque aprenden a permanecer en contacto con sus verdaderas prioridades, a manejar sus conflictos de manera más eficaz y a encontrar paz mental.

Para aquellos pensamientos que se pueden resolver en ese momento, es mejor hacerlos, como por ejemplo asegurarte si cerraste bien tu casa, o si apagaste la luz de la cocina. Solo te tomará unos minutitos.

Los pensamientos que no se pueden resolver en ese momento, puedes escribirlos en un diario, poner un recordatorio para hacer pagos, juntas o planear tu día siguiente, así descargas tu mente y la liberas.

Invertir tus horas nocturnas en tratar de resolver un problema no es la mejor opción, tu cuerpo necesita descanso, tu cerebro necesita limpiarse y reorganizarse, y aunque te cueste creerlo, al dormir también tu mente esta trabajando, por eso puedes consultar con la almohada cuando necesites solucionar algo. Dormir es una de las mejores inversiones que puedes hacer.


Como plus, otra manera de consentir tu mente antes de ir a dormir puede ser con un relajante baño, una tasa de té sin cafeína, o una lectura ligera que ayude a disipar tu mente de pensamientos estresantes

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