La mente humana es uno de los fenómenos más complejos de la naturaleza. A través de los años miles de investigaciones han ido descubriendo la forma en la que trabaja, y como las neuronas en nuestro cerebro se conectan entre sí para comunicarse. 

El objetivo de la neurociencia es comprender cómo funciona el sistema nervioso para producir y regular emociones, pensamientos, conductas y funciones corporales básicas, incluidas la respiración y mantener el latido del corazón.

El mundo actual, es un mundo bastante abrumador en muchos sentidos, la capacidad que tiene nuestra mente como seres sociales para pensar, razonar, imaginar, sentir y empatizar con los demás le agrega una pizca de emoción a nuestra vida, y en parte es lo que nos ayuda a conectar y a sobrevivir, sin embargo, por otro lado, estas mismas sensaciones y capacidades, nos hacen sentir en ocasiones que no podemos con todo y eso es normal.

En los últimos años, la salud mental ha tomado relevancia, cada vez se rompen más estereotipos de trastornos mentales y es más aceptada la idea de que la salud emocional está vinculada a todos los aspectos de nuestra vida, incluyendo la salud física y el sueño. 

La saturación de información y pensamientos por situaciones agobiantes, provocan un estado de malestar difícil de gestionar emocionalmente. Es realmente complicado no vivir en un estado de preocupación constante por las situaciones de la vida cotidiana, pero, ¿realmente sirve de algo estar intranquilos todo el tiempo?

Nuestra mente es una máquina increíble, pero también necesita ayuda para no sobrecalentar sus motores. La importancia de aprender a cuidarla recae en nosotros, en el proceso de autoconocimiento iremos descubriendo cuales son las técnicas que mejor funcionan para despejarla.

Esta es una estrategia efectiva que te ayudará a romper el círculo vicioso de engancharnos en nuestros pensamientos repetitivos.

1. Elige una hora del día.
Este horario debe de ir en función de tus actividades diarias, pero intenta que sea siempre el mismo.

2. Esta será tu hora para preocuparte.
Aplaza todos tus pensamientos repetitivos que aparezcan en tu mente hasta el horario elegido para dedicarles atención.

3. Cuando te preocupes, hazlo bien.
En el horario fijado, concéntrate en escribir lo que te preocupa y pon fecha. Desahoga tus quejas y preocupaciones conscientemente.

4. Terminó la hora.
Después de una hora deja de escribir, guarda los papeles donde no los veas, hasta el día siguiente. Ahora distráete con algo que disipe tu mente.

Se trata de elegir el momento de ocuparnos de las preocupaciones en función de nuestro estado emocional, importante para la gestión emocional. Las preocupaciones y los sentimientos de ansiedad y estrés, prácticamente son inevitables, una vez que aprendamos a aceptarlo, aprendamos a vivir con ello y a gestionarlo de mejor manera.

Escucha tu mente, vacíala, trátala con cariño y respeto. 

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