Existe una estrecha relación entre el medio ambiente y la calidad de sueño. Para poder dormir de la mejor manera, las condiciones a tu alrededor deben ser adecuadas para generar sueño, por ejemplo un ambiente oscuro, silencioso y fresco.

Conociendo la importancia de un buen sueño, ya que durante este tiempo tu cuerpo realiza funciones de reparación y restauración, un ambiente adecuado para el sueño es indispensable para lograrlo. Modificar tu entorno puede mejorar mucho la calidad de sueño, ayudándote a dormir más rápidamente y mantenerte dormido la noche completa.

¿Qué factores influyen en lograr una buena calidad de sueño?

  1. Temperatura del área donde duermes
  2. Ruido ambiental del área donde duermes
  3. Luces en el área donde duermes
  4. Calidad y textura de la cama donde duermes
  5. Colores de la habitación
  6. Objetos a tu alrededor
  7. Aroma de la habitación
  8. Calidad del aire en el área donde duermes
  9. Presencia de aparatos electrónicos en tu área de dormir

La temperatura es importante, pues demasiado calor o frío pueden evitar un sueño constante. La temperatura ideal oscila entre los 16 y los 21 grados Celsius.

El ruido ambiental es importante. A pesar de que existe gente que logra conciliar el sueño con ambientes ruidosos, esto no permite un descanso ideal cuando el ruido rebasa ciertos niveles. Incluso el uso de tapones en los oídos puede llegar a ser necesario.

La luz en el área de dormir debe ser mínima o no existir. Aún logrando dormir con luces prendidas, estarás afectando la calidad de tu sueño de manera negativa por mantener estimulado a tu cerebro; además debes preferir luces cálidas y muy tenues en caso de que sufras de miedo a la oscuridad. Bloquear luces exteriores por completo también es indispensable.

La cama y la textura de tu sábanas y ropa de dormir son importantes, ya que esto también estimula innecesariamente a tu cerebro. Por este motivo es que las texturas suaves y sedosas son tan populares. Así mismo, el colchón te permitirá adquirir la mejor posición para descansar, siendo preferibles colchones más duros.

Los colores de tu habitación son un factor menor pero que pueden contribuir a un descanso adecuado. Los colores grises o fríos son mejores para evitar estrés y tienden a estimular menos tu vista.

Los objetos que te rodean no deben incluir cosas innecesarias, como ropa, juguetes o libros, especialmente no en la cama. Esto promueve el nerviosismo y los despertares, además de que generan estrés agregado. Evita tener en tu habitación objetos que no sean propios de ella.

Tener un aroma desagradable, neutro o agradable puede afectar la calidad de sueño. Por ejemplo: los cítricos y los perfumes irritan, los malos olores pueden despertarte a media noche, los olores suaves como la lavanda o la menta son relajantes.

Cuida la calidad del aire a tu alrededor. Esto se logra a través de limpieza rutinaria de la habitación, sábanas limpias y ventilación diaria del lugar. Si es necesario, utiliza un purificador o un ionizador de aire.

Finalmente, los electrónicos deben mantenerse lo más alejados posible de tu cama. Recuerda no usarlos dos horas previos a ir a dormir, no permitas que la luz de las pantallas llegue a tu cara mientras duermes y busca un reloj despertador de estilo antiguo que no emita luz alguna si dependes de ello para despertar en la mañana.

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